Nuestro amigo Pablo Portales se une al equipo de este blog, él irá haciendo pequeñas reseñas de los muchos libros que hablan del exilio republicano
PAN, TRABAJO Y HOGAR
De los españoles republicanos que inmigraron a América Latina
El libro contiene 8 artículos sobre la experiencia del exilio republicano en 7 países latinoamericanos cuyos autores son: Dolores Pla (México); Juan Alfonso Giner (República Dominicana); Encarnación Lemus (Chile); Dora Schwartzstein (Argentina); Juan José Martín (Venezuela); María Eugenia Martínez (Colombia) y Consuelo Naranjo (Puerto Rico). La edición coordinada por la doctora en Historia de la Universidad Autónoma de México, Dolores Pla Brugat y prologada por Nicolás Sánchez-Albornoz se puede consultar en la biblioteca de Casa Amèrica de Catalunya
Recorrer las 643 páginas que narran las condiciones de la acogida e inserción de unos 40 mil exiliados republicanos españoles en América Latina, es como asomarse y observar las cualidades que hubo en la convivencia entre españoles y latinoamericanos desde la experiencia inmigratoria de los primeros.
Pan, trabajo y hogar es el título de la obra. Tres términos que refieren a necesidades básicas y connotan vidas transitorias, inciertas, precarias. Es la experiencia de las inmigraciones en general y que incluye a las motivadas por persecuciones políticas.
Los autores abordan el estudio respondiendo a un guión común que permitirá a los lectores reconocer las constantes y las diferencias de la experiencia del exilio. La inmigración de los republicanos a América Latina fue una empresa organizada, que demoró más de 10 años en consumarse, y fueron excepcionales los casos de desplazamiento individual o familiar. Los exiliados no eligen el país ni lo conocen, se embarcan hacia lugares lejanos de la contienda local y mundial.
Encontraron en la mayoría de los países de acogida un ambiente de división respecto a la conveniencia o no de aceptarlos. La guerra civil española tuvo su eco en Latinoamérica. Unos gobiernos cerraron sus fronteras, como el argentino, y otros las mantuvieron abiertas, como el mexicano.
En los parlamentos y en la prensa locales los sectores conservadores plantearon el peligro o daño que causaría a las sociedades locales la llegada de refugiados republicanos (o “rojos”) con sus ideas laicistas o antireligiosas, subversivas o revolucionarias; mientras los sectores liberales y socialistas vieron a los refugiados como una oportunidad extraordinaria para enriquecer los procesos de modernización de sus países, además de solidarizar a causa de su condición de perseguidos políticos.
La sociedad civil de los países latinoamericanos fue ambigua. Unos se atemorizaron por campañas que insegurizaban a los trabajadores autóctonos ante el arribo de trabajadores, técnicos o profesionales calificados; otros, en cambio, les dieron la bienvenida y apoyaron en forma activa sus procesos de radicación e inserción.
Los autores consignan el hecho de que los países de acogida contaron, antes del fin de la guerra, con una numerosa población española inmigrante desde fines del siglo XIX y comienzos del XX y en menor número de ambos bandos durante la guerra. Las relaciones no fueron fáciles predominando la indiferencia y el rechazo por prejuicios ideológicos, aunque hubo quienes mostraron cercanía al atender las necesidades básicas de los recién llegados.
El exilio republicano conservó la expectativa de que el triunfo de los aliados en la segunda guerra mundial se llevaría por delante la dictadura franquista, pero, frustrada, fue aparcando su militancia política, asumiendo la deriva integradora (laboral, profesional, intelectual). La implicación y convivencia con las sociedades de acogida llevó a una paulatina diversificación identitaria.
La población autóctona comenzó a percibirlos más como españoles que como refugiados republicanos, destacando sus cualidades técnicas, profesionales o inelectuales por sobre sus identidades políticas e ideológicas. Los exiliados republicanos dejaron una impronta en la infraestructura física y cultural de los países latinoamericanos.
Con la lectura de Pan, trabajo y hogar se adquiere una visión panorámica de cómo los españoles republicanos encararon el exilio en unos países desconocidos y cómo éstos fueron, con ambigüedades, acogiendo y más tarde valorando la riqueza de los recién llegados, plasmada en la iniciativa e innovación de personas pertenecientes a una amplia gama de oficios y profesiones aplicados en la administración, la empresa y la educación.
1 comentario:
La experiencia del exilio es traumática desde cualquier enfoque .
El desgarro del destierro es una herida indeleble.
Poco se habla de los que murieron de pena después de haber transitado el infierno de la guerra civil.
Tampoco se ha hecho un estudio documentado de los republicanos que jamás se adaptaron a la nueva tierra , los que sobrevivieron " muertos en vida" sin poder regresar .
México fue uno de los países que contuvo con mayor respeto a los inmigrantes.
Sin embargo ... en otros sitios , ya pasada la guerra , a partir de los años cincuenta , no eran bien acogidos.
Esa ambigüedad es recurrente en la actualidad.
Consiguieron pan y trabajo ... pero el estigma de "rojos" tuvo una larga continuidad en el tiempo.
En ciertos sectores ... la sigue teniendo. Lamentablemente.
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